Reducción Mamaria

Reducción Mamaria

La reducción de pecho es la cirugía que nos permite reducir talla y elevar unas mamas grandes y caídas, quitando tejido glandular y piel. Muchas veces se trata de un problema físico además que estético, muchas pacientes que tienen este problema sufren de dolor de espalda, presentan surcos en los hombros causados de los tirantes del sujetador, dermatitis debajo del pecho y se ven limitadas en efectuar actividades recreativas como el deporte. A través de esta cirugía podrás volver a sentirte atractiva, proporcionando mas armonía a tu figura.

Es importante hablar abiertamente de tus deseos e inquietudes, en algunas ocasiones lo que molesta es el tamaño del pecho, otras veces la flacidez excesiva.

 

Durante la visita valoraremos diferentes parámetros, el tamaño, la forma, la calidad de la piel, la simetría y la distancia entre el esternón y el pezón.

A través de estas valoraciones es posible planificar la intervención y aplicar la técnica más adecuada en cada caso.

El estudio preparatorio consiste en:

  • Análisis de sangre
  • Ecografía y / o mamografía
  • Radiografía de tórax (pacientes fumadores y mayores de 40 años)
  • Electrocardiograma

Estas pruebas serán valoradas por el anestesista en una visita preoperatoria.

La Cirugía

La intervención se efectúa con anestesia general y una noche de hospitalización postoperatoria. Tiene una duración de 2-3 horas.

La reducción de mamas es una cirugía compleja, pero segura y muy satisfactoria para la paciente en cuanto a forma y turgencia de los pechos.

 

Existen diferentes técnicas de reducción de mamas. Según el caso, el cirujano puede decidir utilizar técnicas diferentes, pero todas conllevan cicatrices en T invertida o en ancla.

  • Se practica una incisión alrededor de las areolas, la mayoría de las veces reduciendo el tamaño de las mismas
  • Una incisión vertical
  • Una incisión en el surco submamario

 

A través de estas incisiones se puede eliminar el exceso de piel y de glándula, movilizando los tejidos y reconstruyendo el cono mamario en una posición más alta, subiendo el pezón y la areola en el nuevo centro de la mama. En la mayoría de los casos pezón y areola permanecen sujetos a sus vasos y nervios. Si las mamas son muy caídas y muy grandes, los pezones y las areolas tienen que ser sacados completamente y colocados en la nueva posición mediante injerto.

 

En pacientes jóvenes y con buena calidad de piel se puede realizar una reducción vertical de las mamas, dejando solo la cicatriz vertical y alrededor de las areolas.

Cada caso requiere un diagnóstico personalizado para obtener el mejor resultado posible con la técnica más adecuada.

Tras la cirugía se coloca un drenaje y un vendaje compresivo que tendrás que llevar las primeras 24 horas tras la cirugía y que nos permite evitar inflamación y sangrado.

Después de la Cirugía

En el postoperatorio es normal estar dolorida, tener molestia en la espalda y notar sensación de tensión en el pecho. Con la toma de analgésicos y antibióticos, en una semana podrás pero reincorporarte a tu actividad laboral, pero sin aún efectuar esfuerzo físico.

Tendrás que llevar durante tres meses un sujetador deportivo, sin relleno ni aro. El sujetador sirve como vendaje y nos permite optimizar el resultado quirúrgico. Durante los primeros 15 días de postoperatorio no se deben hacer esfuerzos, levantar pesos con los brazos ni hacer deporte. Las pacientes podrán gradualmente volver a la vida normal al mes de la cirugía.

Ya que esta cirugía conlleva mucha cicatriz, será muy importante cuidarlas y tratarlas según lo indicado en el postoperatorio para que sean lo más imperceptibles posible.

Resultados y Complicaciones

Este tipo de intervención deja cicatrices, aunque se pueden tapar con un sujetador o un bikini, las cicatrices serán más visibles justo después de la intervención y con el pasar del tiempo irán difuminándose.

La areola y el pezón pueden sufrir una alteración de la sensibilidad o incluso una hipersensibilización de los mismos. Normalmente estos síntomas son reversibles y la sensibilidad vuelve a la normalidad en 9 meses o 1 año.

Es muy importante que la paciente sepa que en personas fumadoras, la cicatrización es más lenta y las cicatrices pueden ser más visibles. Incluso hay riesgos de alteración de la vascularización de areola y pezón, por eso el cirujano siempre aconsejará a sus pacientes dejar de fumar unas semanas antes de la cirugía y hasta, como mínimo, un mes después de la misma.

En pacientes jóvenes que quieran someterse a este tipo de cirugía se aconseja no amamantar, para evitar riesgos de formación de quistes y mastitis.

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