Aumento de Mamas con Grasa Propia

Aumento de mamas con grasa propia

El aumento de pecho es una de las cirugías más demandadas, así como también es notoria la preocupación que genera a algunas mujeres el hecho de tener que recurrir a implantes de materiales sintéticos para conseguir el volumen deseado.

Hoy en día existe una alternativa de relleno duradero en el tiempo, mediante injertos de grasa autóloga, es decir, grasa de la propia paciente. Esta técnica es posible cuando se busca un aumento moderado y un resultado natural y cuando la grasa corporal de la paciente sea suficiente para obtener un injerto viable de grasa.

Preoperatorio

El estudio preparatorio consiste en:

  • Análisis de sangre
  • Ecografía y/o mamografía (esta última indicada en algunos casos)
  • Radiografía de tórax (pacientes fumadores y mayores de 40 años)
  • Electrocardiograma

Estas pruebas serán valoradas por el anestesista en una visita preoperatoria y se solucionarán dudas sobre la anestesia.

La Cirugía

La intervención consiste en llevar a cabo una lipotransferencia o lipofilling. Se extrae la grasa de la zona donante (abdomen, flancos, muslos..) y se inyecta en zonas donde se quiere conseguir un incremento de volumen. El tejido adiposo se obtiene mediante liposucción con unas cánulas específicas, se prepara mediante lavados, se centrifuga y se extrae la componente oleosa para obtener un tejido lo más purificado posible y reducir al mínimo la cantidad que se pueda reabsorber. La grasa finalmente se inyecta en las mamas a través de micro punciones con cánulas muy finas.

Es una técnica poco invasiva, que evita cicatrices y que imposibilita el rechazo del material de relleno. El porcentaje de grasa injertada que se mantiene in situ es normalmente un 60% de la transferida, dependiendo de la calidad de la grasa, del metabolismo de la paciente y de otros factores como enfermedades crónicas o el fumar.

Puede que sea necesario para obtener el resultado querido efectuar más de una cirugía de lipotransferencia, hasta 3-4 cirugías, dejando transcurrir como mínimo 3 meses entre una cirugía y la otra.  La cirugía puede ser efectuada en régimen de media estancia o con una noche de hospitalización postoperatoria.

Después de la Cirugía

La paciente puede notar molestias en la zona donante principalmente a lo largo de la primera semana, que remitirán con la medicación prescrita.

La inflamación del pecho irá disminuyendo al cabo de una semana y será posible retomar la actividad laboral transcurridos 4 ó 5 días, llevando a cabo los cuidados y recomendaciones del cirujano.

Resultados y Complicaciones

Este tipo de cirugía está indicado para pacientes que desean un incremento moderado del pecho, es decir de una talla y que disponen de grasa donante suficiente en otras partes del cuerpo. La recuperación tras la cirugía es muy rápida y en un mes ya será posible valorar el resultado obtenido con la transferencia.

La reabsorción de la grasa transferida puede variar hasta un máximo del 60 % de la grasa injertada, por eso es muy importante seguir las indicaciones que os daremos en la preparación para la cirugía y tras ella.

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